Blogia
mitologia2007

ANTECEDENTES DE LA TEORIA DE LA ARGUMENTACIÓN

La argumentación tuvo su origen en la antigua Grecia y en ella que recibió el nombre de Retórica. Gracias a las reformas democráticas de Pericles (490-429) se creó una nueva clase de profesionales que eran llamados "sofistas" y quienes asumieron el ejercicio de la filosofía, la ciencia y la política para defender ante los jueces las causas y los reclamos del pueblo, fueron ellos cultores y detractores de la argumentación, puesto que su finalidad no siempre fue la búsqueda de la verdad, sino simplemente defender a como diera lugar a sus clientes.

Aristóteles es reconocido como el padre de la teoría de la argumentación. Pero, gracias a Perelman: filósofo, jurista polaco-belga, nació en Varsovia en 1912 y quien murió el 22 de enero de 1984, se la rescata y crea la "Nueva Retórica. Perelman, testigo ocular de las dos grandes guerras mundiales que sacudieron a la Humanidad a comienzos y mitad del siglo XX y a pesar de haber sufrido en carne propia la persecución nazi, a los 28 años se dedicó a la investigación filosófica, y con la colaboración de la filosofa Olbrechts-Tyteca emprendió varios proyectos de investigación1, todos encaminados a la elaboración de una lógica de los juicios de valor. Situación que los lleva a realizar una lectura con detenimiento de Aristóteles –creador de la lógica formal- a través del Organon, y un riguroso estudio filosófico de las obras de los grandes lógicos de todos los tiempos -Platón, Agustín, Thomas de Aquino, Descartes, Locke, Hume, Kant y Bertrán Russell, trabajo que culmina con la elaboración de su propia teoría de la argumentación.

 Perelman explica en El imperio retórico, que su propósito es rescatar la antigua retórica, la de los griegos para diferenciarla de la retórica clásica que redujo la retórica aristotélica al formalismo del estudio de las figuras literarias, a aspectos preceptivos para adornar el discurso utilizando giros que convierten la retórica en simple teoría de la composición. Su objetivo por lo tanto es volver al sentido primigenio que tuvo en la antigüedad: arte de disuadir y / o persuadir con razones.

La retórica aristotélica, con el paso del tiempo, se la tergiversó, hasta convertirla en simple teoría de la composición del discurso, se la redujo a ornamentos del lenguaje inicialmente por los sofistas, estilo de grandilocuencia que va predominar en la edad media, moderna y primera mitad del siglo XX.

Durante la edad media y aún en renacimiento, la retórica se hizo más sofisticada, y su aplicación no era solo a nivel jurídico sino en todo tipo de situaciones; desde las matemáticas hasta la poética y se expresaba a través de todo tipo de técnicas orales, gesticulares, corporales siempre con el objetivo de impresionar al interlocutor y finalmente persuadirlo o disuadirlo. Es contra toda esta concepción, que se levanta Perelaman y presenta su Nueva Retórica, que aparece sistematizada en El tratado de la Argumentación o nueva retórica (1958), obra que recoge la teoría de Aristóteles, los aportes de Platón y aún de los sofistas. Esta nueva retórica considera que no todos los discursos son argumentativos. Los discursos pueden o no enfatizar la argumentación, la decisión responderá a lo que decida el orador para desarrollar su argumentación. Por el contrario, en el discurso científico predomina el rigor lógico de la demostración antes que la persuasión.

Por fortuna la retórica sofistica y gesticulativa a caído en desuso con el desarrollo de las nuevas tecnologías y los medios masivos de comunicación. Sin embargo, hay quienes aún en el campo jurídico desconocen los trabajos de Perelman y los esfuerzos del profesor Adolfo León Gómez por difundir la Teoría de la Nueva Retórica, y aún insisten en los viejos esquemas de la charlatanería, la verborrea adornada pero sin profundidad en el pensamiento.

Leyendo a Aristóteles en el Organon, Perelman, distingue tres campos de la teoría de la lógica del discurso: teoría de la argumentación, teoría de la elocuencia y teoría de la composición. También distingue, dos tipos de razonamientos: analíticos, utilizados en la lógica formal y los dialécticos, que tratan de establecer acuerdos sobre los valores que son objeto de controversia. Con referencia en lo anterior, Perelman reivindica la importancia de la razonabilidad en la toma de decisiones y explica que las leyes de la retórica y de la dialéctica son universales.

Perelman y la señora Olbrechts-Tyteca retoman la definición de Aristóteles, que admite que los juicios analíticos parten de premisas indiscutiblemente verdaderas que concluyen o conducen a inferencias validas. Por eso, estos juicios son de utilidad en la lógica formal y las ciencias de la naturaleza.

Por el contrario, los razonamientos dialécticos3, no se dirigen a establecer demostración alguna desde el punto de vista científico, sino guiar las deliberaciones y controversias, porque su principal objetivo es persuadir, disuadir, convencer, mediante el uso del discurso o criticar tesis opuestas, al tiempo que se defienden las propias por medio de razones validas para el interlocutor.

Tanto Perelman como Olbrechts- Tyteca, reconocen que los razonamientos dialécticos tratan de establecer acuerdos sobre asuntos que suscitan polémica. La verdad es intersubjetiva se construye a través de la acción comunicativa y se la otorgará al que mejor argumente como señalan los diálogos de Platón. La conclusión es que este razonamiento –dialéctico- es de enorme utilidad en la vida cotidiana y en las ciencias sociales.

Las ciencias exactas se sustentan en la demostración, las humanas tienen como propósito esencial persuadir. Por eso la demostración se dirige a un auditorio universal, mientras que la persuasión a auditorios particulares. Por supuesto, uno no puede pretender convencer por vía discursiva a todo el mundo, pero si se puede lograr la adhesión o acuerdos sobre temas particulares que son por naturaleza discutible.

Las ciencias exactas señala Aristóteles, exigen definiciones precisas debidamente demostradas por los hechos. Son formulaciones axiomáticas ajustadas con rigor a la lógica matemática. Las humanas se conforman con probabilidades, se bastan con argumentos, los que obviamente, están sujetos a la crítica de validación distinta a los de verificación empírica.

Podríamos decir entonces, que Perelman y Olbrechts-Tyteca establecen claras diferencias entre argumentar y demostrar, dos verbos, no son sinónimos y mucho menos el uno inclusor del otro. La demostración es un medio de prueba que se utiliza para establecer la verdad en las ciencias exactas. La argumentación en cambio es una acción dialógica que permite la adhesión a la tesis que se propone mediante razones validas.

La argumentación es razonamiento, inferencia y esencialmente el propósito es convencer, hacer cambiar de ideas, actitudes, acciones, decisiones de un interlocutor. Ella fue cultivada en la antigüedad por los griegos, siendo los Sofistas sus más grandes exponentes, aunque su error fue su desprecio por la verdad. De ahí las críticas de Sócrates, Platón y Aristóteles.

La tesis global de Perelman sostiene que el hombre tiene la capacidad de conocer discusivamente "La razón es esencialmente práctica y la razón teórica no es sino el límite de la razón práctica4".

Son las nuevas circunstancias políticas y sociales del siglo XX, como la ampliación de la democracia, la comunicación , la información dentro del nuevo proceso de globalización de la sociedad capitalista la que genera la necesidad histórica de reivindicar la retórica antigua, el arte de persuadir y de convencer. Los nuevos tiempos requiere de nuevos acuerdos y de argumentos sólidos de parte de los líderes en cualquier profesión y no simples halagos para adular, como ocurría con los sofistas del mundo antiguo.

Es importante precisar en este escrito, gracias al profesor Adolfo León Gómez, máxima autoridad en los estudios perelmanianos en el mundo hispánico, autor de varias publicaciones sobre filosofía del lenguaje y del libro Seis conferencias sobre la Teoría de la Argumentación5, cuyo objetivo fundamental según lo expuesto por el propio autor, es servir de introducción al pensamiento de Perelman – El Imperio Retórico- y familiarizar a los neófitos en el tema con la Teoría de la Argumentación. Ensayo, que destaca las relaciones de la teoría de la argumentación con la retórica antigua; la lógica, la teoría de los actos lingüísticos y la filosofía. El profesor Adolfo León Gómez en otra de sus publicaciones: "El primado de la razón práctica" a través de su tesis central defiende la razón como algo esencialmente practico y la razón teórica como el límite de la razón práctica, agrega que "para argumentar se es necesario estar de acuerdo... por menos en algo en algo: tener en lenguaje común, apreciar el consentimiento del interlocutor y su concurso mental; se requiere cierta modestia de parte de quien argumenta y tener conciencia de que, si bien su propósito es persuadir, puede producirse el efecto contrario, ser persuadido- en transacción argumentativa".

Hoy son incontables los intelectuales que estudian todo lo relacionado sobre los tipos de argumentos analizados por los creadores de la teoría de la argumentación, realizan grandes esfuerzos por definir y concretar la teoría de la argumentación como una disciplina que estudia las técnicas discursivas que permiten lograr o acrecentar la adhesión a las tesis que se propone el orador. En síntesis, la Nueva Retórica surgió de la preocupación por la búsqueda de una lógica de los juicios de valor, iniciada en 1947. Pero Perelman llega a una conclusión inesperada, que no había una lógica específica de los juicios sino que todos los campos donde existe la ley de la contradicción se discute, se delibera recurriendo a técnicas de la argumentación.

Adolfo León citando a Perelman propone, que a la hora de argumentar hay que tener presente que "La misión del filósofo, es la de ser vocero de la razón, ser defensor de los valores universales supuestamente válidos para todos los hombres" y que persuadir a alguien es convencerlo de que nuestra opinión es mejor que la suya y por lo tanto debe emplazarla. En sus escritos recomienda:

     

  • La teoría de la argumentación se construye en un ambiente filosófico.
  •  

     

  • La filosofía es un intento racional -aunque no científico-, por resolver problemas inmaduros. Es decir, problemas para los cuales no existe un método estándar reconocido por una comunidad de especialistas.
  •  

     

  • La argumentación es un intento por producir determinados efectos en el público, en la audiencia o en un auditorio.
  •  

     

  • Para que la teoría de la argumentación sea teoría razonablemente aceptada, requiere definir un concepto clave, que es el concepto de fuerza de un argumento o fuerza de una argumentación.
  •  

     

  • La teoría de la argumentación, nos pide "tratar a todos los seres de la misma categoría, de manera semejante".
  •  

     

  • La primacía de la razón práctica, por encima de la razón instrumental.
  •  

     

  • Los argumentos se deben expresar mediante proposiciones.
  •  

     

  • La argumentación se formula en lenguaje de la lógica informal, la demostración lógica fundamentalmente en el lenguaje de la formalidad científica.
  •  

     

  • La argumentación conduce a acuerdos, la lógica a la verdad irrefutable a través de pruebas demostrativas.

0 comentarios